Una población creciente desafía el suministro de alimentos en todo el mundo. La demanda de productos lácteos y yogur va en aumento, pues los alimentos ricos en nutrientes son cruciales para favorecer la seguridad nutricional en el futuro. En concreto, el yogur contiene proteínas de alta calidad, que constituyen un macronutriente decisivo en esta materia. Los metanálisis apuntan a que el consumo de lácteos reduce el riesgo de padecer enfermedades crónicas y, en consecuencia, los costes de la atención sanitaria.
Una producción de yogur eficiente
La FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura) estima que la demanda de leche aumentará de los actuales 700 000 a más de 1 000 millones de kilogramos en 2050. Sin embargo, mejorar la eficiencia de la cadena de lácteos implica un impacto nutricional y medioambiental: un aumento de la productividad de las vacas lecheras para obtener leche rica en proteínas y una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero durante el proceso.
Transformación en leche rica en nutrientes
Según un estudio holandés, las vacas convierten de forma eficaz fuentes no comestibles para el consumo humano (proteínas de baja calidad presentes en granos y soja) en yogur y leche ricos en nutrientes, que contienen micronutrientes esenciales y proteínas de alta calidad. La energía y eficiencia proteínica de una vaca lechera ya representa hasta un 25 %, con un retorno del 400 % para la parte apta para el consumo humano.
