La manera correcta de diagnosticar la intolerancia a la lactosa, denominada la prueba de hidrógeno en el aliento, consiste en medir en el aire exhalado el hidrógeno producido por la microbiota intestinal después del consumo de una dosis de lactosa estándar (normalmente de 20 a 50 g). Este diagnóstico debe efectuarse bajo control médico. (20) El diagnóstico solo es completo cuando se producen uno o más de los siguientes síntomas: in amación, diarrea y atulencia. En algunos pacientes, esta prueba puede mejorarse mediante la medición simultánea de metano. (21)
Un auténtico diagnóstico médico es especialmente importante, ya que cuando se efectúa solo se con rman el 50% de los auto-diagnósticos de intolerancia a la lactosa. (20, 22, 23) Además, la intolerancia a la lactosa percibida e incluso diagnosticada es una de las razones para limitar o evitar el consumo de lácteos, lo que podría producir posibles de ciencias de nutrientes y consecuencias para la salud. (24)