Las guías de nutrición de todo el mundo se basan en métodos muy similares para presentar sus conceptos de patrón dietético “ideal” y ofrecer a los consumidores una selección de los grupos alimentarios recomendados. En esta revisión, Victoria Bell y cols. explican por qué los alimentos fermentados tradicionales y suplementados deberían constituir un nuevo foco de las recomendaciones dietéticas nacionales para adultos y niños.
Un punto de inflexión es aquel “en el que una serie de pequeños cambios o incidentes adquiere la significación suficiente para inducir cambios mayores e importantes”. Este término se basa en la idea de que el consumo de microbios vivos a través de alimentos fermentados debería recomendarse a través de los canales gubernamentales oficiales. Los alimentos fermentados se remontan a milenios atrás y representan una de las medidas más antiguas de la humanidad para conservar los alimentos.
¿Cuál es el estado actual de recomendaciones de las guías nutricionales?
A pesar de la enorme variación en la representación visual, las guías de nutrición de todo el mundo son bastante homogéneas a la hora de traducir los requerimientos nutricionales —en términos de nutrientes— en alimentos y grupos alimentarios para alcanzar una dieta equilibrada. Estas guías tienen en cuenta las diferencias culturales y también la seguridad de los alimentos. Sin embargo, los alimentos fermentados no aparecen sistemáticamente representados en estos modelos. Los alimentos y las bebidas fermentadas se lactofermentan con bacterias o levaduras naturales que generan ácido láctico. Los alimentos fermentados más populares son: yogur, queso, soja, judías, pescado, carne, col y chucrut. En esta revisión, los autores evaluaron las guías de nutrición de diversos países, verificaron su valor tradicional y cultural y determinaron cómo se encontraban representadas en los modelos.
Los alimentos fermentados pueden aportar beneficios para la salud
En su análisis, los investigadores se centraron en la importancia de un alimento fermentado habitual, el yogur, y observaron que algunos países incluyen el yogur (como parte de los productos lácteos) en sus guías dietéticas basadas en alimentos. Tal sucede con Suiza, Estados Unidos, Canadá, Reino Unido, Australia, Japón, Suecia y Portugal. Aunque los alimentos fermentados y los probióticos formen parte de la dieta humana global desde hace mucho tiempo y puedan aportar ciertos beneficios para la salud, sigue existiendo incertidumbre en cuanto a su posición como categoría de las guías nacionales de alimentación. Esto podría explicarse por el sistema legal y por el hecho de que los beneficios de los alimentos fermentados para la salud no se han traducido ampliamente en su inclusión global dentro de la definición de alimento. Si bien los alimentos fermentados se consideran una bendición para el intestino, no solo mejoran la salud digestiva sino que también parecen ser beneficiosos frente a las alergias, ayudan a adelgazar y en la diabetes de tipo 2. Así pues, Bell y cols., concluyen que, conociendo sus beneficios generales, los alimentos fermentados tradicionales y suplementados, deberían incluirse en las recomendaciones diarias de la mayoría de las guías nacionales de nutrición.
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Fuente: Bell V et al. Foods 2017;6:65.