Los probióticos y la leche fermentada son beneficiosos para la salud porque se digieren con facilidad, proporcionan microorganismos vivos y su uso hace tiempo que se ha comprobado que es seguro. Muchos productos utilizan la etiqueta de «probiótico», pero no siempre satisfacen los criterios mínimos. A fin de comunicar las afirmaciones sobre la salud, es fundamental identificar estas bacterias y definir bien sus efectos en la salud. El término «probiótico» procede de la palabra griega «pro bios», que significa «para la vida». En general, los probióticos se definen como microorganismos vivos que son beneficiosos para la salud del huésped cuando se administran en cantidades adecuadas. Se han examinado diversas especies de Lactobacillus y Bifidobacterium, y algunas cepas de Saccharomyces, Enterococcus, Lactococcus, Propionibacterium y Streptococcus son consideradas microorganismos con propiedades probióticas. En la UE, la lista sobre Presunción Cualificada de Seguridad recoge los microorganismos, así como la Federación Internacional de Lechería, que enumera 264 especies utilizadas principalmente en productos lácteos.
Recomendaciones nutricionales dentro y fuera de la UE
Las recomendaciones nutricionales son diferentes para cada país, ya que la ingesta de nutrientes y la prioridad en la selección de nutrientes depende de la disponibilidad de los alimentos y las preferencias de cada persona. Los principales grupos de alimentos no difieren significativamente entre los Estados miembros de la UE, pero sí varían las cantidades y los tipos de alimentos recomendados en cada grupo. Tampoco existen unas pautas armonizadas dentro de la UE, debido a que no se disponen de datos representativos del consumo. Los países de la UE en general promueven el yogur como parte de un estilo de vida saludable, pero solo cinco mencionan específicamente los beneficios de las bacterias vivas. En especial, ninguno de los países incluye el yogur como una alternativa adecuada para la intolerancia a la lactosa, gracias a que contiene menos lactosa y favorece la digestión de la lactosa debido a sus bacterias. Diversos estudios sobre las pautas alimentarias realizados por organizaciones competentes fuera de la UE han evaluado cualquier afirmación sobre el yogur probiótico. Fundamentalmente se han centrado en los productos lácteos en general y en sus beneficios para la ingesta de calcio y vitaminas, lo que mejora la salud ósea. Sin embargo, es necesario realizar un análisis más exhaustivo de los beneficios de los probióticos para la salud, a fin de desarrollar unas pautas alimentarias y clínicas basadas en las evidencias.