Según estudios anteriores, el consumo de productos lácteos suele estar asociado a una mejor salud. Asimismo, estudios observacionales han demostrado que el consumo de productos lácteos es inversamente proporcional a la incidencia de diversas enfermedades cardiometabólicas. En este sentido, el yogur es un producto especialmente interesante gracias a sus cultivos bacterianos activos añadidos, su alto contenido en proteínas, y sus vitaminas y minerales como el calcio, el magnesio, el potasio, el fósforo y la vitamina D.
La pauta alimentaria prudente frente a la occidental
Este estudio analizó si el consumo de yogur está asociado a unas pautas alimentarias más saludables y a un mejor perfil de riesgo cardiometabólico entre personas sanas.
Para ello, aplicaron un cuestionario sobre los hábitos alimentarios de 91 ítems a 664 personas que participaron en el estudio de INFOGENE. Las medidas antropométricas ayudaron a clasificar a las personas según su IMC, y se recogieron muestras de sangre para conocer los niveles de lípidos de los participantes (colesterol, triglicéridos, HDL y LDL), así como sus niveles de glucosa e insulina en ayunas.
Tras el análisis, se seleccionaron dos pautas alimentarias: la prudente y la occidental. El yogur formaba parte de la pauta alimentaria prudente, que también se caracteriza por un mayor consumo de verduras, frutas, frutos secos, grasas no hidrogenadas, yogur y legumbres, así como pescado y marisco, mientras que la occidental se caracterizaba por un mayor consumo de fritos, condimentos, carnes procesadas, cereales refinados, tentempiés, carne roja, pizza, cerveza, productos lácteos con un alto contenido en grasas (como helado, queso, leche entera o nata), refrescos convencionales, mayonesa y licores fuertes.
El yogur: un elemento clave de la pauta alimentaria prudente y una alimentación saludable
El yogur contribuye significativamente a una pauta alimentaria prudente. Además, el consumo de yogur está asociado a un peso corporal, una proporción de la cintura a la cadera y un perímetro de la cintura menores, así como a un menor IMC. Los consumidores de este producto presentan niveles más bajos de insulina y colesterol total en ayunas. Asimismo, estos obtuvieron una puntuación media positiva en la pauta alimentaria prudente, mientras que se observó la tendencia opuesta entre las personas que no consumían este producto. Las personas con sobrepeso u obesidad que consumían yogur mostraron un perfil cardiometabólico más favorable, caracterizado por niveles de insulina y triglicéridos en el plasma más bajos, comparados con aquellas que no consumían este producto en el mismo rango de IMC.