Para nuestro simposio online «Comer para proteger nuestra salud y nuestro planeta», pedimos a Fernanda Alvarado que cubriera la charla de Jess Haine. Fernanda Alvarado es una educadora de diabetes certificada con una maestría en nutrición y dietética, especializada en salud pública. También es comentarista de temas de nutrición a través de su blog, su canal de YouTube y su podcast «Bien Comer».
¿Cómo lograr una alimentación saludable y sostenible en la práctica?
La Asociación Americana de Nutrición, ASN por sus siglas en inglés en colaboración con Yogurt in Nutrition Initiative for a Balanced Diet (YINI) organizó del 1 al 4 de junio el congreso en línea “Comer para proteger nuestra salud y la de nuestro planeta”, en él, La Dra. Jess Haines de la Universidad de Guelph en Canadá impartió la charla “¿Cómo lograr una alimentación saludable y sostenible en la práctica?”.
Tanto los sistemas alimentarios como la sostenibilidad ambiental están actualmente amenazados y son uno de los retos a los que nos enfrentamos como sociedad, por lo que Jess Haines basada en el documento de la FAO/ OMS “Dietas saludables y sostenibles, principios rectores” plantea en su charla algunas recomendaciones para apoyar dietas y sistemas alimentarios más sostenibles.
Las dietas saludables sostenibles se definen como patrones dietéticos que promueven en todas las dimensiones la salud del individuo junto con un bajo impacto ambiental, además, que sean accesibles, asequibles y culturalmente aceptables, sin embargo, existe una enorme brecha entre lo que identificamos como una dieta saludable y sostenible con lo que actualmente comemos. Si bien hay algunas diferencias que varían dependiendo de la región, en una escala global, estamos consumiendo muchos más productos de origen animal y azúcar de los que deberíamos, a la par, no estamos consumiendo suficientes frutas, verduras y granos enteros, por lo que es necesario que la población reciba una efectiva orientación para tener una dieta saludable y sustentable.
Otro punto a considerar según Haines, es el relacionado con el desecho de los alimentos. El desperdicio de comida es un problema mundial y éste se vive de manera distinta dependiendo de la economía de cada país. Se estima que en los países desarrollados, el 47% de los desperdicios de comida provienen de los consumidores, seguido de los procesados (20%), comercios (10%), granjas (10%) y el resto de restaurantes, hoteles, etc.
De acuerdo a un estudio observacional publicado en septiembre de 2019 que se llevó a cabo en la ciudad de Guelph, Ontario Canadá, se calcula que cada familia desperdicia tres kilos de alimentos semanalmente. Esta práctica genera -además del impacto ambiental- pérdidas económicas y nutricionales. Se estimó una pérdida económica aproximada de 18 dólares semanales, es decir, cada hogar desperdicia cerca de 936 dólares de alimentos evitables durante un año, 175,032 calorías (65% provienen de frutas y verduras y el 24% de cereales) y 1,196 kilogramos de dióxido de carbono, esto representa alrededor de un cuarto de las emisiones que genera un automóvil que se conduce durante un año. Aunado a esto, el desperdicio de alimentos también está asociado con el uso de agua y tierra, por lo que genera un gran impacto ambiental.
¿Qué acciones podemos tomar?
- Asegurar que los alimentos estén disponibles y sean accesibles -sobre todo- entre población vulnerable.
- Promover una alimentación basada en plantas, lo que conlleva a consumir y producir más frutas y verduras.
- Desarrollar directrices alimentarias nacionales basadas en alimentos que definan dietas saludables y sostenibles teniendo en cuenta las circunstancias sociales, culturales, económicas, ecológicas y medioambientales.
- Promover estrategias para el cambio de comportamiento alimentario, empoderar al consumidor y brindar una efectiva educación en materia de nutrición.
- Aprovechar la preocupación de la población joven por el cambio climático y el medio ambiente para motivar cambios en los hábitos alimentarios.
Existe mucha confusión entre los consumidores con respecto al concepto de dieta sostenible, por un lado se cree que es insípida, costosa, requiere mucho tiempo en su preparación y conocimientos de cocina, por otro, estamos bombardeados por términos que los consumidores desconocen (transgénico, orgánico, libre de hormonas, etc.), por tanto, es necesario aclarar el término “dieta sostenible” con mensajes claros, basándonos en la motivación de los consumidores así como en consejos prácticos y convincentes que favorecen el cambio de hábitos.
Super Savers
En este contexto Haines presenta un programa probado en la comunidad: el libro de cocina saludable “Rock What You’ve Got”, patrocinado por The Helderleigh Foundation. Esta publicación fomenta el consumo de frutas y verduras y provee consejos prácticos a las familias sobre cómo reducir el desperdicio de comida y recetas que podrían ayudarlos con eso. Se mencionan algunos consejos clave para reducir el desperdicio de comida como:
- Planear los menús. Esto permitirá hacer compras más conscientes y por tanto, habrá menos desperdicio.
- Almacenar correctamente los alimentos. La mayoría de la comida que se desechan se debe a un mal almacenamiento de los mismos.
- Recetas para aprovechar al máximo los alimentos.
Este libro ofrece 28 recetas que se dividen en tres categorías:
- Recetas 2 en 1 donde se elabora una segunda receta a partir de las sobras de la primera.
- Recetas cero desperdicio. Se utilizan los ingredientes completos, por ejemplo, cómo cocinar con brócoli incluyendo el tallo.
- Recetas de refrigerador. Ofrece opciones para cocinar con lo que se encuentra olvidado en el fondo de nuestro refrigerador.
Cabe mencionar que ninguna de las recetas toma más de 30 minutos e incluso, hay algunas que solo toman 10 minutos de preparación, de igual forma, todos los ingredientes que se utilizan son de fácil acceso. El libro Rock What You’ve Got ofrece opciones culinarias de alto valor nutrimental, de buen sabor, asequibles e involucran a toda la familia, especialmente a los niños. También lleva un apartado con buenas prácticas de almacenamiento, consejos para acomodar el refrigerador, planear los menús y una lista de compras.
Haines espera que con esta intervención los participantes mejoren hábitos alimentarios a través de un mayor consumo de frutas y verduras, reduzcan al máximo los residuos de alimentos y que las familias adopten nuevos conocimientos, actitudes y comportamientos en relación a la importancia que tiene una dieta sostenible. A largo plazo este tipo de intervención podría ser una estrategia probada para incorporar programas comunitarios con el fin de proteger nuestra salud y la del planeta.
Mensajes clave de la presentación:
- Reducir el desperdicio de comida es uno de los objetivos de desarrollo sostenible de las Naciones Unidas.
- Aproximadamente un tercio de los alimentos que se producen se desperdician.
- 47% de la comida que se desperdicia proviene de consumidores de países desarrollados.
- La preocupación por el medio ambiente es un motivador para cambiar hábitos.
- 41% de los jóvenes están preocupados por el cambio climático.
- Es necesario implementar estrategias efectivas que impacten a los consumidores.
- Para lograr una alimentación saludable y sostenible se requiere de mensajes claros, basados en la motivación de los consumidores así como consejos prácticos y convincentes que ayuden a vencer las barreras del cambio.
Personalmente considero que
Existe una enorme necesidad de transformar los sistemas alimentarios para asegurar un futuro sostenible. Alfabetizar en materia de alimentación es empoderar al consumidor, de esta manera es posible desmitificar y vencer barreras relacionadas con el término “dieta saludable y sostenible”.